jueves, 10 de noviembre de 2011

Riña de tráfico que terminó en asesinato.

El marido de la mujer asesinada durante una discusión de tráfico en Madrid el 20 de agosto de 2010 relató ayer al tribunal que el acusado, de 76 años, salió del coche «pistola en mano», le plantó el arma a su mujer «contra el pecho» y «le pegó un tiro» a bocajarro. Luego la remató con otro disparo en la cabeza cuando ya estaba tendida en el suelo. El procesado reconoció ante el juez que cometió el crimen después de que la víctima y su marido le insultaran sin que él hubiera cometido ninguna infracción. «Me volví loco, supongo», dijo Ángel O., para quien el fiscal solicita 37 años y tres meses de prisión.
El homicida explicó en la sala de vistas que compró el arma en los años setenta en Sudáfrica, que ese día la llevaba en la guantera del coche y que con ella disparó a la víctima, María Luisa S., y a su marido, Abdou L., al que no alcanzó. «Me llamaron viejo asqueroso y me dijeron que si no sabía conducir que mejor no lo hiciera, pero yo no había hecho nada, nunca he tenido un accidente», insistió el hombre.
Ángel O., que solo respondió a las preguntas de su abogado, señaló que disparó a la mujer, de 55 años, porque cuando la discusión de tráfico parecía terminar, ella golpeó en una de las ventanas y en el capó de su coche. Tras descerrajarle un tiro en el pecho, detalló ante el tribunal, se volvió para tirotear al marido de la víctima, sin alcanzarle, pero que no hizo más disparos «contra nadie más». Varios testigos corroboraron su versión, afirmando que solo oyeron tres detonaciones, pero el portero de una vivienda próxima relató que tras recriminarle al acusado su acción, éste le disparó hasta en dos ocasiones, pero que unas columnas del portal evitaron que fuera alcanzado.
Como explicó el marido de la fallecida, todo comenzó en la calle Francisco Villaespesa cuando, al arrancar el acusado su coche en un semáforo en verde, se paró de pronto y él, que iba detrás en su vehículo, le pitó para que avanzara. Acto seguido, decidió poner en paralelo su turismo con el de Ángel O. y preguntarle qué le había pasado para parar, a lo que el acusado respondió con insultos, según Abdou. «Me enfurecí», atravesé mi coche delante del suyo, salí y «escupí» hacia él, reconoció el marido de María Luisa, que tiene dos hijos, uno de los cuales viajaba con ellos ese día.
Persecución en coche
Abdou confesó que al ver que la situación «se le iba de las manos», cogió a su mujer del brazo para volver a su vehículo, pero que ella debió oír «algo más» porque regresó hacia el acusado, quien salió de su coche empuñando una pistola y la descerrajó un tiro en el pecho. «Me ha disparado», fueron las últimas palabras de la mujer poco antes de que, según su esposo, cayera al suelo y él se ocultara detrás de unos arbustos al ver que el acusado le encañonaba. Después, Ángel O. se volvió a «rematar» a su esposa con otro disparo a la cabeza.
La Policía detuvo al acusado cerca de la glorieta de Carlos V gracias a la ayuda de dos testigos que siguieron al asesino en sus vehículos y llamaron al 112. «Parecía tranquilo y solo comentó que tenía en su casa un gato que no tenía suficiente agua», explicó una agente. En la vista, una forense testificó que la María Luisa tenía dos heridas de bala, una en la zona cardíaca y otra en la mandíbula, y que la segunda era «mortal» porque afectó al cerebro. A Ángel O., que según el fiscal no padece ningún trastorno psiquiátrico, la acusación particular le pide 82 años de prisión y 450.000 euros de indemnización.

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