lunes, 19 de diciembre de 2011

Un hombre hiere de gravedad a un ertzaina tras atrincherarse con una escopeta en San Sebastián.

¿Qué pasó por la cabeza de Enrique para que reaccionara con tanta violencia?, se preguntaban los vecinos del barrio donostiarra de Loiola. «Estamos extrañados, nunca le habíamos visto agresivo», comentaban. Era de madrugada cuando sonaron los primeros disparos. Luego le seguirían otros muchos, cerca de treinta afirman algunos testigos. La balacera se saldó con dos heridos, un agente de la Ertzaintza y la exmujer del agresor. La vida de ella no corre peligro, pero el estado del agente es grave como consecuencia de la cantidad de sangre que perdió. El autor de los tiros fue detenido después de que permaneciera cerca de tres horas atrincherado en su vivienda. «Al final, los policías le convencieron para que abriera la puerta. Lo hicieron muy bien, con mucho tacto», explicó una vecina.
Todo comenzó en torno a la dos y media de la madrugada en el cuarto piso de un edificio de la calle Plazaburu, en el barrio donostiarra de Loiola. En el domicilio se encontraba en aquel momento el autor de la agresión, Enrique B., de 48 años. El hombre llamó exaltado por teléfono a su exesposa, de la que lleva separado varios años, y le dijo que iba a «matar a todo el mundo». La mujer avisó a la Ertzaintza y les advirtió de que, además de estar muy alterado, tenía una escopeta de caza.
Varias patrullas recogieron a la mujer y se dirigieron al domicilio. El agresor recibió a los agentes arrojándoles diversos objetos desde el balcón de su casa, entre ellos una bicicleta y un tenderete para colgar la ropa. Los ertzainas lograron acordonar la zona y dieron instrucciones a los vecinos para que permanecieran dentro de sus domicilios y no se asomaran a las ventanas.
Más de 20 disparos
Los policías, entre ellos el jefe de una patrulla, pudieron llegar hasta el descansillo del cuarto piso, desde donde mantuvieron una primera conversación con el individuo. Intentaron que se tranquilizara y depusiera su actitud. Sin embargo, según fuentes de Interior, en aquel momento, el agresor entreabrió la puerta, asomó el cañón de la escopeta y efectuó un disparo a bocajarro que alcanzó a un agente en una pierna, justo por debajo del chaleco antibalas. Los perdigones le produjeron daños en una arteria, de la que comenzó a manar sangre a borbotones. Dada la gravedad de la lesión y ante el temor de que pudiera sufrir un shock, compañeros del herido tratataron de controlar la hemorragia y le bajaron en volandas desde el cuarto piso hasta la calle.
El herido, Ixai P.H., de 29 años, con domicilio en Vitoria, de la XXII promoción de la Ertzaintza y que se encontraba en prácticas, fue trasladado al hospital Donostia, donde se le apreciaron lesiones graves en la arteria femoral. Fue sometido a una intervención quirúrgica de cuatro horas de duración, en la que precisó una transfusión de cinco litros de sangre. Las próximas 24 a 48 horas serán decisivas para conocer su evolución, indicó Interior.
Tras el disparo, Enrique B. se atrincheró en su casa y desde el balcón realizó entre 20 y 25 disparos, alguno de ellos con bala, contra los vehículos patrullas y las personas que en aquel instante se encontraban en el calle. Uno de los tiros alcanzó a su expareja, quien también fue evacuada al hospital Donostia, aunque con lesiones de menor gravedad.
La crítica situación que se vivía en el lugar obligó a la Ertzaintza a movilizar a su Grupo de Intervención. Efectivos de esta unidad especial desplegaron incluso francotiradores por si el agresor volvía a salir al balcón a disparar. Un 'negociador' del grupo logró contactar con él y tras mantener diversas conversaciones telefónicas que se prolongaron durante cerca de una hora logró que se entregara. Sobre las 5.20 horas de la madrugada, Enrique abrió la puerta de su casa y pudo ser reducido.
El episodio generó una gran conmoción en el barrio. Los vecinos se encontraban impresionados por lo sucedido. Ayer no había otro tema de conversación. Tras el suceso, las escaleras del inmueble quedaron manchadas de sangre. Frente a la puerta de la casa en la que el detenido se hizo fuerte había un charco que invadía todo el descansillo.
Estuvo en prisión
El arrestado estuvo ingresado en prisión por otro delito cometido en 1995, según informó Interior, y se trata de una persona de carácter muy agresivo que anteriormente ya había amenazado con el arma de fuego. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, manifestó que su departamento se personará ante los tribunales para ejercer la acusación contra Enrique B. y conseguir que sobre él «caiga todo el peso de la ley». Ares se desplazó al hospital Donostia, adonde acudió acompañado por el viceconsejero de Seguridad, Miguel Buen, y varios mandos de la Ertzaintza para interesarse por el estado de salud del herido. (FUENTE: EL CORREO).

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