lunes, 12 de marzo de 2012

«A mi hermano le robaron la cartera y forcejeó con su asesino».

«No se sabe por qué le mataron, pero todo apunta a que se trata de un robo porque le quitaron la cartera». Así explicaba uno de los hermanos de Jaime Olañeta su trágico final, ocurrido el pasado viernes en el barrio Osma de Mallabia, cuando se encontraba en el alto de Trabakua, a escasos 20 metros de su vivienda. El brutal episodio ha sembrado el dolor y el desconcierto en esta familia. «Al parecer forcejearon dentro del coche y recibió varias cuchilladas», afirman los familiares, que añadieron ayer a este periódico que el cuerpo de la víctima tenía «una puñalada en el cuello y otra en un costado». Le encontró su sobrino hacia las 17.10 horas, que había decidido hacerle una visita y que llegó a la escena del crimen en moto.
La abundancia de sangre llevó al joven a pensar en un primer momento que habían disparado contra su tío, informaron ayer fuentes de Interior. Hasta el lugar acudieron dos ambulancias de Osakidetza, una de ellas medicalizada, que solicitaron la comitiva judicial, los Bomberos con un grupo electrógeno para iluminar el lugar y la Ertzaintza, que envió a la zona un vehículo patrulla y un todoterreno. La familia permaneció allí hasta las 22 horas, cuando se decidió retirar el vehículo propiedad del fallecido, un 'Peugeot 207' de color blanco, para continuar con la investigación.
El cuerpo de la víctima fue trasladado a las 20.30 horas y conducido al Servicio de Patología Forense de Bilbao, donde ayer le practicaron la autopsia. Los expertos, sin embargo, tienen intención de realizar más pruebas forenses para esclarecer las circunstancias en que se produjo la muerte, por lo que no devolverán el cadáver a la familia hasta el lunes.
«Tranquilo e independiente»
El aumento del número de robos registrado en las últimas fechas preocupa, «y mucho», al Ayuntamiento de Mallabia, una localidad vizcaína de apenas 1.200 vecinos, pero que se extiende sobre una superficie de casi 24 kilómetros cuadrados y donde los caseríos o viviendas unifamiliares están diseminados en pequeños barrios. La alcaldesa, Milagros Mondragon (Bildu), afirma que «hemos tenido que acudir a la Ertzaintza, pero a fecha de hoy seguimos esperando una respuesta». La situación es realmente complicada. Mallabia carece en la actualidad de agentes de Policía, ya que el único con el que cuenta el municipio está de baja. «Por eso entendemos que la Ertzaintza tiene que garantizar la seguridad», explica Mondragon. La primera edil, sin embargo, se mostraba ayer cauta a la hora de relacionar la muerte de Jaime Olañeta con un robo, al tiempo que se remitía a las conclusiones que se desprendan de la investigación en curso.
El fallecido, de 68 años, representante de joyeros prejubilado hace años por cuestiones de salud, vivía solo en su caserío de este barrio de las afueras de Mallabia, en el Alto de Trabakua. Era uno de los seis hermanos de una familia ermuarra, por lo que contaba con numerosos familiares en la localidad vecina. Los vecinos consultados por este periódico coincidían ayer en describirlo como «una persona tranquila, muy independiente», que comía fuera de casa, generalmente en Berriz, y que algunas veces «echaba una siestita en su coche, escuchando la radio, al solecito, antes de entrar en casa. No se metía con nadie. Sólo daba sus paseos, cada vez menos, y se acostaba pronto», afirman los que le conocían. (FUENTE: EL CORREO).

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