46 años de prisión, 23 por cada homicidio. Esa es la pena
que solicita la Fiscalía del Principado de Asturias para el dominicano
Alejandro Feliz, acusado de ser el presunto autor de los asesinato de el
taxista de Arriondas Guillermo Amieva Gallego (en la foto) en abril de 2010, y de
Francisco Javier Viego Cuadriello, en Cangas de Onís, apenas dos meses
antes. La Fiscalía sostiene que en la madrugada del 19 al 20 de abril de
2010 el acusado subió en Arriondas al taxi que conducía Guillermo
Amieva. Una vez el vehículo pasó la localidad de Collía, cerca de un
lugar conocido como Cabaña del Escribano, el acusado apuñaló al taxista
«de manera brutal hasta en 36 ocasiones, en el cuello, las extremidades
superiores y la cara anterior del tórax».
El Ministerio Fiscal sostiene que el presunto homicida
utilizó «un arma con hoja plana y de un solo filo, de 2 ó 2,5
centímetros de anchura y no menos de 10 de longitud». También señala que
«as posibilidades de defensa de Guillermo Amieva, quien trató de
agarrar el arma y poner los brazos para no ser apuñalado, resultaron
nulas porque el acusado le atacó desde el asiento izquierdo del vehículo
aprovechando que el conductor llevaba puesto el cinturón de seguridad,
lo que redujo su movilidad ante el ataque».
La Fiscalía del Principado de Asturias dice que, pese a
que el presunto homicida hubiese acabado con la vida del taxista con la
primera puñalada -la que recibió en la cuarta costilla del costado
derecho y que le perforó el pulmón pudo ser mortal- el acusado «continuó
apuñalándolo incluso cuando ya tenía escasos signos de vida, desde
fuera del vehículo y abriendo la puerta del conductor».
Se estima que Guillermo Amieva, que tenía 37 años, estaba
soltero y tenía como familiar más cercano a su padre, murió sobre las
doce de la noche del 20 de abril. El presunto autor del asesinato huyó
del lugar llevándose el teléfono móvil de su víctima, el navegador, 150
euros y las llaves del taxi.
La Fiscalía considera estos hechos constitutivos de un
delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, tipificados en los
artículos 139 y 140 del código penal, además de una falta de hurto. Por
ello pide 23 años de prisión para el acusado por el delito de asesinato y
la prohibición de residir en Cangas de Onís y comunicarse con los
familiares de Guillermo Amieva durante 28 años. Por la falta de hurto
solicita 720 euros de multa, con responsabilidad subsidiaria penal en el
caso de impago.
Además el Ministerio Fiscal pide para Alejandro Feliz,
nacido en 1985, una indemnización para el padre del taxista de 113.408
euros, en concepto de responsabilidad civil. El presunto homicida está
en prisión provisional desde el 26 de mayo de 2010 y el Ministerio
Público pide que se mantenga esta medida cautelar, ya que sigue
existiendo riesgo de fuga y se quiere asegurar su presencia en el juicio
oral; una vista que se celebrará en la Audiencia Provincial, ante un
Tribunal del Jurado, y para la que aún no hay fecha.
16 puñaladas en un portal
Alejandro Feliz también está acusado de ser el presunto
autor del homicidio de Francisco Javier Viego Cuadriello en Cangas de
Onís en febrero de 2010. La Fiscalía también le acusa de un delito de
asesinato con alevosía y ensañamiento y solicita para el otros 23 años
de cárcel, una indemnización de 139.685 euros para el hijo del
fallecido, que en aquel momento tenía 12 años, y otra de 59.685 euros
para su ex mujer.
En este segundo caso también se piden 17 años de cárcel
para la canguesa Nerea Asprón, nacida en 1991, al considerarla
cooperadora necesaria para llevar a cabo el delito. Para el dominicano
Pablo Rafael V. P., nacido en 1972, se solicita también una pena de 3
años de prisión por un delito de encubrimiento.
Según la Fiscalía, el 27 de febrero de 2010, Feliz y
Asprón, que en aquel tiempo eran pareja, estaban en un bar de Cangas de
Onís cuando entró Francisco Javier Viego. Decidieron robarle así que la
acusada le propuso a la víctima que se marchara con ella fuera del
local. En un portal próximo les estaba esperando el presunto asesino que
asestó un total de 16 puñaladas a Francisco Javier Viego. (FUENTE: EL COMERCIO).
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