Las academias de Fidel Pallarols
realizaron 220 cursos de formación para parados entre 1994 y 1999 por
los que la Generalitat pagó 8,8 millones de euros procedentes de la
Unión Europea. 162 de esos cursos fueron irregulares, según un informe
de la Guardia Civil entregado a la juez del caso en 2004 tras tomar
declaración a 815 alumnos, el 10% del total. Unió ha reconocido que usó el dinero de estos cursos, que venía de fondos de la UE, para financiarse.
Las anomalías más frecuentes fueron la falsificación o sustitución de
firmas de los estudiantes, la alteración de las fechas de asistencia a
los cursos o la inclusión de alumnos en listados sin que ellos lo
supieran y sin que hubieran acudido. En otros casos, se les dio de baja
al día siguiente de empezar las clases porque habían encontrado trabajo,
algo que desmintieron los afectados a la Guardia Civil.
Algunos alumnos no cumplían los requisitos exigidos para recibir esa
formación, no se les entregó ningún certificado de asistencia o se
hicieron varios cursos en la misma aula. Los alumnos también explicaron
que se incumplía el programa lectivo, que el nivel de los profesores era
muy bajo, que existían cambios frecuentes y que faltaba material
didáctico.
Un informe de la Sindicatura de Cuentas de 2007 también constató la
falta de un control riguroso sobre los cursos de formación en los años
90, con el Gobierno de Jordi Pujol.
Entre otras anomalías se dice que la Generalitat exigió a Pallerols que
devolviera 1,2 millones de euros ante la falta de justificación de
gastos. No se retornó ni un céntimo. (FUENTE: EL PAÍS).
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