jueves, 24 de abril de 2014

Sociolingüística forense: el sexolecto.




Si prestamos atención a los escritos mecanografiados que tenemos encima de la mesa realizados por otras personas, observaremos que aunque el tema abordado sea el mismo en todos ellos, cada uno muestra unas singularidades que los otros no poseen. Y es que el lenguaje cambia según las variedades lingüísticas de quien lo utiliza, de tal forma que descubrirlas resulta esencial para elaborar el perfil del autor.

A lo largo de las próximas entradas dedicadas a la sociolingüística iré detallando las diferentes marcas o variedades lingüísticas; hoy nos detenemos en la denominada sexolecto, que se puede definir como el "conjunto de particularidades del habla propias del hombre o de la mujer". Esta definición nos permite diferenciar un sexolecto masculino y un sexolecto femenino.

Aunque la incorporación de la mujer a la vida laboral las han reducido, todavía se aprecian tales diferencias y eso por una cuestión histórica: desde siempre el varón ha tenido acceso a una mayor educación y ha disfrutado de más oportunidades para su desarrollo personal en una sociedad machista, limitando la vida de la mujer a un entorno familiar en su rol de ama de casa y cuidadora de los hijos. Gracias a este diferente estatus social y su deseo de mantenerlo, el varón ha empleado habitualmente un lenguaje confrontador con el fin de acallar o, cuando menos, subestimar a la mujer. 

En el otro lado el llamado "sexo débil" practicaba un modo de expresarse más pausado, más conciliador, intentando actuar como bisagra entre el mundo exterior (que en muchos casos estaba  representado exclusivamente por la actividad profesional del hombre) y el entorno familiar, pero también como lazo de unión entre todos los miembros de ésta. Fruto de la herencia histórica el sexolecto femenino se caracteriza por el empleo de onomatopeyas (recreaciones de sonidos como pumba, zas, etc.), diminutivos, superlativos y determinados adjetivos. También es común el uso de eufemismos o palabras políticamente correctas que sustituyen a otras consideradas como tabú o malsonantes.

Para profundizar en el estatus de la mujer en la sociedad española, animo a leer el artículo publicado el pasado martes día 22 titulado "La perfecta casada, reposo del guerrero y cuidadora del hogar", ya que en él se recogen varios mensajes lanzados desde las autoridades con el fin de delimitar los derechos y obligaciones de las mujeres. Algunos de ellos están relacionados con la sociolingïística ya que se hace referencia a la nula capacidad de expresarse en público, la inexistencia del don de la palabra y también de la "figura decorativa" que suponen en la práctica las mujeres con cargos políticos, ya que esas "hondas resoluciones" han de ser tomadas por lo varones.

Juan Carmelo Monge.
Perito Judical Calígrafo.
Perito Judicial Sociolingüista.

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